La ciudad siria de Kessab, que cuenta con mayoría de población armenia, fue atacada por hombres armados relacionados con Al-Qaeda desde Turquía y tuvo que ser vaciada el lunes 24 de marzo luego de un fin de semana de ataques constantes. La incursión militar desde Turquía por parte de rebeldes y mercenarios sin identificación comenzó el viernes 21, cuando hombres armados cruzaron la frontera y asaltaron a la población civil. Unas 670 familias armenias fueron evacuadas a otras ciudades sirias, como Basit y Latakia. El sábado 22 llegaron las tropas sirias para intentar recuperar la zona, pero al día siguiente contratacaron los grupos extremistas, tomando de rehén a las familias armenias que se habían quedado y saqueando las viviendas y negocios de Kessab. Algunos medios indican que otros barrios con población armenia, como Alepo, también fueron blanco de ataques en los últimos días.
En el medio de la crisis, el domingo 23 de marzo Turquía derribó un avión sirio, aunque las autoridades sirias negaron que el caza hubiera violado el espacio aéreo turco, explicaron que se encontraba defendiendo la ciudad de Kessab y advirtieron que se trató de un "flagrante acto de agresión que evidencia el apoyo de Erdogan a grupos terroristas", según informó la agencia EFE.
El presidente armenio Serge Sarkissian pidió el lunes 24 en La Haya "garantizar la seguridad de los armenios en Kessab y el regreso seguro a sus lugares de residencia", mientras que destacó los paralelismos históricos entre el genocidio contra el pueblo armenio en 1915 y la actual situación de la minoría armenia en Siria.
Ken Hachikian, presidente del Consejo Nacional Armenio de América, envió una carta al presidente estadounidense Barack Obama donde le solicitó "urgentemente" que se presione a Turquía "para detener la facilitación de los continuos ataques por parte de combatientes extranjeros de Al-Qaeda contra la población civil".
"A pocos días del ataque lanzado desde Turquía, casi toda la población de armenios cristianos ha huido a la vecina Latakia y Bassit para evitar la masacre. Los civiles que no pudieron huir, según informes, fueron tomados como rehenes, mientras que las iglesias y las casas están siendo profanadas y saqueadas sistemáticamente. Además, hay informes de que los extremistas heridos están regresando a Turquía para recibir tratamiento médico", detalló la carta. "Para los armenios de la región y de todo el mundo, las acciones de Turquía son un recuerdo horrible y amargo del genocidio cometido contra las comunidades armenias, pónticas y siríacas por las autoridades turcas otomanas entre 1915 y 1923".