"Es un placer mostrar esta obra en un sitio que fue instrumento del genocidio argentino", expresó Osvaldo López, coordinador del espacio de memoria. "Hay muchos puentes vinculantes con nuestra propia lucha por la memoria y la construcción de ese relato necesario que confronte con otro relato que ha sido de las políticas de impunidad y de olvido", señaló.
"El sueño de quien escribe o dibuja es que su obra sea contemplada o leída por un instante y le genere algo a quien lo ve, llevarlo a un lugar que refleje todo eso que tiene que ver con nuestra identidad", agregó Alfonso Tabakian. "Uno intenta transformar y ejercer la memoria al traer las voces de los ausentes", destacó, y opinó que el mayor legado de esas voces es "poder transformar un espacio donde hubo mucho silencio en un lugar donde haya arte, palabras, discusión, donde se hable de justicia y de vida". Cerró leyendo una poesía de Ana María Ponce, desaparecida en la Escuela de Mecánica de la Armada.
El ex centro clandestino Virrey Cevallos funcionó desde 1976 hasta el retorno de la democracia, dependiente del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea, integrado a su circuito de detención, tortura y exterminio junto a Mansión Seré, las bases aéreas de Morón, Moreno y El Palomar y los que funcionaron en comisarías de Haedo, Morón y Castelar. En julio de 2003, la Asociación de Vecinos de San Cristóbal Contra la Impunidad junto a organismos de derechos humanos y organizaciones sociales políticas y sindicales a través de denuncias y reclamos comenzó el camino que llevaría a su transformación en Espacio para la Memoria, abierto al público desde 2009.
La entrada de la muestra es libre y gratuita y se podrá visitar hasta el 12 de septiembre en Virrey Cevallos 630, CABA.
