El martes 17 de noviembre, el Ministerio de Educación presentó el libro "Genocidio Armenio. Preguntas, respuestas y propuestas para su enseñanza", con la colaboración del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica.
En la introducción, el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, plantea que "recordar el Genocidio Armenio constituye un ejercicio educativo de enorme valor", porque "moviliza una memoria que establece puentes con otras injusticias, con otros dolores, con otras víctimas".
"Estudiar y entender el Genocidio Armenio posibilita que nuestras escuelas profundicen más aún en el conocimiento de la última dictadura argentina. Como señala con certeza el proyecto 'De un 24 a otro 24', la experiencia armenia contribuye a hilvanar el 'Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia' con el 'Día de Acción por la Tolerancia y el Respeto entre los Pueblos'", agrega Sileoni, en referencia al proyecto educativo del Colegio Armenio Jrimian de Valentín Alsina, Lanús.
Según una investigación del propio Ministerio de Educación, "el 57% de los jóvenes escuchó hablar por primera vez de la dictadura en la escuela y el 70% de ellos asegura que la escuela es el sitio donde ese tema se escucha con mayor frecuencia. Estos resultados son la consecuencia de una política pública educativa de memoria, desarrollada por un Estado nacional que tiene en su centro el respeto por los Derechos Humanos".
Asimismo, Gabriel Brener, subsecretario de Equidad y Calidad Educativa, observa en el libro que cuando se habla de "educación para la memoria", se hace referencia a "tender puentes allí donde hay grietas, vacíos, distancias". "Educar en y para la memoria es animarse a la pregunta incómoda, siempre necesaria, es animarse a lidiar en el aula con los conflictos".
En ese sentido, Pedro Mouratian, interventor del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), explica que el genocidio se trata de "un plan sistemático de exterminio basado en 'la negación radical del otro'. Una negación que se ve plasmada tanto en la práctica como en lo simbólico".
"A través de estos materiales no solo se propone transmitir conocimientos sino que, además, se busca promover que los y las jóvenes comprendan, debatan y reflexionen sobre las atrocidades cometidas a lo largo de la historia y se conviertan en protagonistas de la construcción de una memoria colectiva, en pos una sociedad más igualitaria e inclusiva", concluye el Interventor del INADI.
Entre los fundamentos del libro, se destaca que "en el caso del Genocidio Armenio, la negación no solo perpetuó el crimen, sino que impidió la construcción de una memoria que generara una conciencia pública sobre estos crímenes". "En la actualidad, los derechos humanos y las políticas de la memoria ocupan un lugar destacado en la agenda educativa. Rescatar valores universales como la justicia y la solidaridad permite atravesar las fronteras de lo particular para pensar en otras situaciones de violencia extrema que, lamentablemente, aún se repiten".
En los siguientes capítulos, la publicación presenta las fuentes y pruebas históricas del plan sistemático de exterminio, las estrategias de resistencia, obras de arte, testimonios de sobrevivientes y definiciones acerca del concepto de genocidio. Además, se relata la lucha por la memoria y el reconocimiento del Genocidio Armenio, contra el negacionismo, como así también la forma de abordar estos temas en las aulas.