"Será eterna la discusión para la ética. Matar al tirano o no matar al tirano ni a nadie". Con esas palabras, abrió su intervención el historiador y periodista Osvaldo Bayer durante un debate en el Espacio para la Memoria Virrey Cevallos del que participó el presidente del Tribunal Oral de La Plata Carlos Rozanski ayer, jueves 3 de marzo por la noche.
La charla, de la que participó también Nicolás Sabuncuyan en representación del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica, se centró sobre "el derecho al Derecho" siguiendo los casos de Soghomon Tehlirian, Simón Radowitzky y Kurt Gustav Wilkens.
"Los libertarios sostenían que cuando no hay justicia en la sociedad, el pueblo tiene derecho a hacer justicia con sus propias manos. Esa fue la defensa de los que realizaron atentados contra los gobernantes asesinos, tiranos, plebeyos del poder", planteó Bayer. Según el historiador, en Argentina hubo dos casos arquetípicos: Simón Radowitzky y Kurt Gustav Wilkens, quienes mataron al jefe de la policía Ramón Falcón, por su responsabilidad en la represión de la Semana Roja en 1909, en Buenos Aires, y al coronel Héctor Varela, responsable de las muertes durante la Patagonia Rebelde entre 1920 y 1921, respectivamente. "Quedan las advertencias para los que tienen el poder: la injusticia no se borra. Queda flotando en el recuerdo y en la historia. Siempre habrá quienes consideren que no pueden quedar impunes tales crímenes".
"Cuando no hubo condena contra los asesinos, ellos se la jugaron. Qué valientes... dos personas que pasaron a nuestra historia, y que algunos historiadores supimos levantar porque fueron silenciados", sostuvo Bayer. "Tenemos que recordar siempre esos hechos. La verdadera justicia... la justicia del pueblo", cerró el historiador, ante una multitud de vecinos del barrio de Monserrat y organizaciones sociales, territoriales, sindicales y de derechos humanos.
El otro caso fue el de Soghomon Tehlirian, un armenio que mató en 1921, en Alemania, al ex Gran Visir del Imperio Otomano, Talaat Pashá, uno de los ideólogos y perpetradores del Genocidio Armenio. Tehlirian, quien nunca negó haber sido el responsable, fue declarado inocente por los tribunales alemanes y liberado. "No había medios para que los armenios, que habían sido exterminados y expulsados de sus tierras ancestrales, reclamaran justicia ante ningún tribunal internacional porque no existían esos conceptos del derecho", dijo Nicolás Sabuncuyan.
"Frente a esto, una organización política que operaba dentro y fuera de Armenia, la Federación Revolucionaria Armenia, define políticamente en su noveno congreso, en Ereván, llevar adelante lo que se llamó la Operación Némesis, por la diosa de la venganza. Deciden que a los principales responsables del genocidio había que matarlos. Y que quedara en claro, públicamente, por qué se los había asesinado. No había ninguna otra manera de que el tema estuviera en la agenda pública ni fuera reconocido", agregó Sabuncuyan. "Eugenio Zaffaroni, en el prefacio a la edición de 'Un proceso histórico', el libro que tiene las actas del juicio a Soghomon Tehlirian, sostiene que en este caso, el tribunal alemán no tenía una base ética propia para juzgar a Soghomon".
"Si el derecho no tiene una base ética, no es nada, es una cáscara vacía", sumó Carlos Rozanski, al señalar que "Foucault definía al derecho como productor de verdad". "Lo que nos permite explicar los tres ejemplos es la impunidad. La impunidad es una injusticia para las víctimas y, a su vez, una garantía de reiteración: no existe mayor multiplicador de impunidad, que la impunidad".
En ese sentido, el juez destacó la importancia de estudiar "el impacto cultural del terror". "En Argentina, cuando se recupera la democracia, viene el juicio a las juntas. Pero fue una primavera: fue un juicio que fue histórico pero que tuvo como continuidad las leyes de obediencia debida y punto final y los indultos. ¿Qué nos queda de eso? Nada. Fue un proceso histórico, pero si después de eso vino lo que vino, nos costó 25 años de impunidad".
Rozanski sostuvo que a la sentencia de Tehlirian le habría faltado puntualizar que él "no cometió un crimen". "Todo tiene como base la impunidad, nadie necesita cometer un acto de esa naturaleza si pudo elaborar el duelo y hubiera habido una justicia que actuara". En Argentina, el juez aseguró que los juicios a los responsables de la última dictadura continuarían porque "no son patrimonio de un gobierno" sino de toda la sociedad.