Araz Hadjian nació en Alepo, Siria, llegó a los dos meses a Argentina, vive en Ushuaia y tiene 46 años. Se graduó de diseñadora de indumentaria y es fotógrafa. Viajó de forma independiente a Idomeni, un pueblo de Grecia que limita con Macedonia y que tiene uno de los mayores campos de refugiados de la región, donde se encuentran mayormente sirios y también kurdos, afganos, paquistaníes y marroquíes.
Además, colabora con la ONG española Bomberos en Acción junto a una fotógrafa española, una médica y un fotoperiodista argentinos. Allí, montaron una tienda de atención médica donde bañan niños y los despiojan, y también reparten ropa, agua y comida. "Aquí todas las historias parten el alma. Me impactó la de un hombre que perdió sus siete hijos y su esposa", cuenta Araz. La agencia de noticias Prensa Armenia se contactó con ella para conocer los detalles de la situación actual de los refugiados en esa convulsionada zona.
¿Cómo es la situación en el campo de refugiados actualmente?
No hay absolutamente ninguna organización gubernamental de ningún país. Acá la situación es atroz. Son desgarradoras las historias de cada persona.
Los únicos que hacen algo son las ONG (hay varias de algunos países) y muchos voluntarios independientes. ACNUR monta las carpas pero nada más, no tiene ninguna presencia activa. Si bien se reparten cuatro comidas, no alcanzan. Dentro del campamento mismo hay un mercado paralelo de refugiados que venden lavash (pan) y cigarrillos.
Ahora mismo se están yendo muchísimas personas en micros, aparentemente a Atenas. Van a otros campamentos más militarizados, no como este que entran y salen libremente (aunque los que están acá no tienen ni plata ni donde ir). Por lo que entendí, una vez en Atenas los mandan de vuelta a Siria, Irak y Turquía. Hay muchisima desinformación e incertidumbre. Cada grupo de nacionalidad se agrupa entre sí, aunque hay solidaridad entre todos.
Vinieron acá porque hasta hace dos meses la frontera estaba abierta. Los que aún se quedan es porque creen que los van a dejar cruzar... igual se está vaciando bastante el campamento.
¿Hay familias enteras?
Algunos (los menos) están con toda su familia. La gran mayoría, con muchos familiares muertos, se dispersan entre Alemania, Suecia, Holanda y Siria. Pagan un promedio de 2.000 euros para cruzar vía Turquía. Llevan acá aproximadamente dos meses en total incertidumbre. Nadie se fue de Siria por su propia voluntad: o los mataba el Estado Islámico (ISIS) o les bombardeaban sus casas o los capturaban para el ejército.
¿Qué necesitan?
Lo que más necesitan es ser escuchados y que nos sentemos con ellos. Aunque no nos podamos comunicar, creo que lo que necesitan es que al escucharlos los saques de la masa invisible de "refugiados" y les des una identidad propia. Me conmueve verlos con tanta templanza ante esta situación, no hay ni violencia ni resentimiento.
Nos preguntan si sabemos cuándo van a abrir la frontera o qué decisión tomaron los gobernadores de la comunidad europea... y no tenemos ninguna respuesta. No se ve un mínimo atisbo de que vaya a cambiar nada.
Nuestra capacidad de asistirlos desde lo económico es limitada, pero tratamos de darles cosas puntuales: arroz, aceite, calzado, ropa, tarjetas para el celular, piojicidas.
¿Cómo fue el episodio de la represión de la policía de Macedonia?
El domingo 10 de abril hubo un intento de saltar el vallado de la frontera con Macedonia. La policía macedonia respondió atacando con gases sobre el campamento a civiles desarmados. Todos huyeron hacia los costados de la ruta. Había madres desesperadas con varios hijos chiquitos, gente amputada, en sillas de rueda...
Ayer hablé con un chico que vendría a ser algo así como el líder. Me dijo que como ya no tienen nada que perder van a seguir intentando cruzar la frontera. La policía griega está ahí presente observando y la macedonia con varios tanques vigilando al otro lado.
Las imágenes y las historias que se ven y escuchan nos llevan a historias que muchos de los descendientes de armenios escuchamos, ¿a vos en particular te trae esos recuerdos?
Sí, esta situación me remite a lo que sufrieron los armenios durante el genocidio.
¿Qué te llevó a ser voluntaria para este tipo de situaciones?
El saber -por armenia y por mi propia familia- lo q es el desarraigo. También porque la historia de mis padres está en Siria.