La exembajadora de Barack Obama en Naciones Unidas, Samantha Power, pidió perdón ayer por no usar la palabra "genocidio" para referirse al Genocidio Armenio durante su mandato.
"Lamento mucho que, durante nuestro tiempo en el cargo, en la administración Obama no reconociéramos el Genocidio Armenio", escribió Power en su cuenta de Twitter. "Casi todas las familias armenio-americanas estuvieron afectadas de alguna manera por el genocidio. El negacionismo turco en curso hace del genocidio una herida abierta", agregó.
Samantha Power, embajadora estadounidense ante la ONU de 2013 a 2017, ganó un premio Pulitzer en 2003 por su libro "Problema infernal. Estados Unidos en la era del genocidio" ("A Problem from Hell: America and the Age of Genocide") en el que analizaba la política exterior estadounidense en cuanto a los distintos genocidios, entre ellos el armenio.
El expresidente Barack Obama había prometido durante su campaña usar la palabra "genocidio", pero al asumir su cargo inauguró una política que los armenios de Estados Unidos llamaron la "ley mordaza" impuesta por Turquía: Obama reconocía y recordaba todos los años las masacres de armenios en 1915 en el Imperio Otomano, pero se refería a ellas como Meds Ieghern (o Medz Yeghern), un término que en armenio significa "Gran Crimen" y que eran las palabras que los armenios usaban para referirse a lo ocurrido durante el genocidio (de la misma forma que los judíos le dicen la Shoá al Holocausto). La estrategia de utilizar un eufemismo en vez de llamarlo "genocidio" logró que la diplomacia de Turquía emitiera año tras año críticas lavadas y leves contra la administración Obama.
Ayer, el actual presidente, Donald Trump, emuló esta iniciativa y declaró: "Hoy recordamos y honramos la memoria de quienes sufrieron durante el Meds Ieghern, una de las peores atrocidades masivas del siglo XX".
Aram Hamparian, director del Consejo Nacional Armenio de América (ANCA) replicó que "el presidente Trump optó por hacer cumplir la 'ley mordaza' de Ankara contra la condena norteamericana y la conmemoración del Genocidio Armenio" y afirmó que "el Presidente Trump está efectivamente dejando la política estadounidense de prevención de genocidios a Recep Tayyip Erdogan, un dictador arrogante y autoritario que claramente disfruta el espectáculo público de torcer el brazo a los presidentes estadounidenses y mantenerlos en silencio sobre el asesinato en masa de millones de armenios, griegos, asirios y otros en Turquía".
Aún así, la Cancillería de Turquía emitió un comunicado en el que consideró que "la desinformación y las falsas definiciones contenidas en la declaración escrita del Presidente estadounidense Trump del 24 de abril de 2017 con respecto a los acontecimientos de 1915 se derivan de la contaminación de la información creada a lo largo de los años por algunos círculos armenios en los Estados Unidos mediante métodos de propaganda".
"Esperamos de la nueva administración de los Estados Unidos no acredite la narrativa histórica unilateral de estos círculos que son conocidos por su tendencia a la violencia y al discurso de odio y adopte un enfoque que tenga en cuenta los sufrimientos de todas las partes", agregó la Cancillería turca.